En esta lección nos detendremos en algunos asuntos prácticos relacionados con el bautismo cristiano:
Hay tres buenas razones por las cuales el bautismo debe practicarse por inmersión, es decir,
sumergiendo a la persona momentáneamente en agua. Estas razones son: (1) El significado de la
palabra “bautismo”: El Espíritu Santo escogió una palabra griega que significa “hundir”,
“sumergir”, “zambullir” o “teñir”. Esto sugiere inmersión total. (2) Su significado simbólico: El
bautismo cristiano representa nuestra identificación con Cristo en su muerte, sepultura y
resurrección. El bajar a las aguas, ser sumergido y luego salir de las aguas ilustra bien estos hechos.
También es un buen “drama” de la muerte y sepultura de nuestra vieja vida y el comienzo de la nueva vida. (3) Ejemplos bíblicos: Las Escrituras nos muestran el bautismo practicado por inmersión. Por ejemplo, la experiencia del etíope (Hechos8:38,39): “Y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco; y le bautizó. Cuando subieron del agua…”. Los bautismos se hacían “en” agua y no “con” agua. Juan, por ejemplo, bautizaba “en” el río Jordán
(Marcos1:5). Los ejemplos bíblicos nos hacen pensar en un bautismo por inmersión en lugares de
“muchas aguas” (Juan3:23).
La Palabra de Dios no nos señala un lugar específico dónde debemos bautizar. Por tanto, tenemos
libertad de bautizar en cualquier lugar adecuado, donde haya suficiente agua. Puede ser un tanque,
un río, el mar. El apóstol Pablo, aunque era un judío, no fue bautizado ni en Jerusalén, ni en el río
Jordán. Fue bautizado en Damasco, capital de una nación gentil (Hechos9:18). El carcelero fue
bautizado en Filipos, siendo aún de noche, probablemente en su propia casa (Hechos16:33). El
bautismo del eunuco tuvo lugar en el camino de vuelta a su país (Hechos8:36-39). Al parecer,
Lidia y su familia fueron bautizados en el río junto al cual se reunían las mujeres para orar, y éste
no era el río Jordán (Hechos16:13-15). Podríamos citar más casos en los cuales se puede ver que
el bautismo cristiano siempre se realizaba en la misma área donde la persona se convertía. Esto
tiene su razón de ser. El primer lugar donde una persona debe mostrar su entrega al Señor es su propia casa, su propio pueblo, en donde la conocieron antes y después de su conversión.
Las Escrituras guardan silencio al respecto. Dado que el bautismo es un acto simbólico que no
tiene poder para cambiar a una persona, insistir en una ropa especial es una cosa necia. Quizá lo
único que podemos decir es que sea “ropa decorosa, con pudor y modestia” (1 Timoteo2:9), no
sólo en la mujer sino también en el hombre. Por eso es recomendable usar ropa que no se vuelva
traslúcida al mojarse, ni faldas delgadas que se levanten en el agua.
En cuanto a esto tampoco tenemos un mandato bíblico específico. Unas veces se ve en las
Escrituras que bautizaba el mismo evangelista (Hechos8:38). Sin embargo, el que bautiza no tiene
que ser un hermano especialmente dotado, ni un anciano, ni un obrero de tiempo completo
(Hechos9:18; 1 Corintios1:14-17). Es de esperarse que el que bautiza sea un hermano de buen
testimonio y que sabe qué es lo que está haciendo.
En la Biblia no encontramos un mandato ni un ejemplo de un curso preparatorio para el bautismo.
La enseñanza sobre el bautismo evidentemente era incluida en la predicación del evangelio, de tal
manera que los que creían eran bautizados sin demora: “Así que, los que recibieron la Palabra
fueron bautizados, y se añadieron aquel día como tres mil personas” (Hechos2:41). Al convertirse,
el etíope le dice a Felipe “Aquí hay agua, ¿qué impide que yo sea bautizado?” (Hechos8:36).
Inmediatamente paran el carro, bajan a las aguas, y Felipe lo bautiza. Leemos que el carcelero de
Filipos “tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y enseguida se
bautizó él con todos los suyos” (Hechos16:33). Sin duda alguna, es sano explicar bien el
significado de la salvación y del bautismo antes de proceder con el bautismo. Debemos bautizar
inteligentemente. Debido a la confusión que existe sobre el tema en varios lugares, algunos
creyentes sienten la necesidad de dictar un corto curso bautismal antes de proceder con el
bautismo, con el fin de despejar inquietudes. Generalmente un curso de estos puede ser de buena
ayuda. Pero nos apartamos de la Palabra de Dios si insistimos que un creyente tiene que recibir
las clases antes del bautismo. Estas clases sólo se pueden recomendar. Deben ser pocas clases,
para no alargar desmedidamente el tiempo entre la conversión y el bautismo. Recordemos que
después del bautismo habrá toda una vida en la cual se debe enseñar y aprender. Algunos creyentes
sienten que es necesario arreglar algunas situaciones del pasado que son causa de mal testimonio,
tales como el estar viviendo en unión libre, tener enemistades,
ser esclavo del alcohol o la droga, etc. El arreglar cosas como estas agrada al Señor y constituyen
frutos de la nueva vida (Colosenses3:5-10). Cualquier duda, es conveniente consultarla con
algunos de los creyentes maduros en la iglesia local antes de ser bautizado.
El Señor Jesucristo dijo muy claramente: “bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo” (Mateo28:19). Pero en el libro de los Hechos, encontramos que los creyentes eran
bautizados “en el nombre del Señor Jesús” (Hechos2:38,8:16,10:48, 19:5). ¿Por qué esta
diferencia? Algunos piensan que hay contradicción. No hay tal. Es más cómodo ignorar algunos
versículos, pero debemos aceptar toda revelación de Dios y buscar entenderla. Hay algunas
posibilidades: (1) Algunos hermanos observan que todas las personas bautizadas en los Hechos ya conocían al Dios verdadero revelado en el Antiguo Testamento. Lo único que les faltaba era reconocer al Señor Jesús, el Mesías que Dios había enviado, y recibirlo. Por eso se bautizaban en el nombre del Señor Jesús. Muy distinto sucede con un gentil que vivía en la idolatría, adorando a otros dioses. Este último necesitaba reconocer por completo al Dios verdadero, al Dios trino, es decir, al Dios que se ha revelado en tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo (para mayor ilustración al respecto, puedes consultar el Apéndice 5). (2) Otros hermanos llaman la atención a la enseñanza que regía el comportamiento de los primeros creyentes: “Todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús (Colosenses3:17). Dado que debían hacer todo en el nombre del Señor Jesús, no se sorprenden al leer que estos creyentes también bautizaban en el nombre del Señor Jesús. (3) También hay aquellos hermanos que preguntan: ¿Qué es bautizar en el nombre del Señor Jesús? Responden que es bautizar con la autoridad de Señor Jesús y según sus instrucciones, es decir, según Mateo28:19. Sea cual fuere la interpretación más correcta, es bueno recordar que en el Señor Jesucristo “habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Colosenses2:9). Al ser bautizados estos discípulos en el nombre de Jesús, realmente lo estaban haciendo en el nombre de toda la Divinidad. Por esta razón, tampoco podemos inventar nuestras propias reglas y prohibir que se bautice a una persona en el nombre de Jesús, con tal que tenga como base al Dios trino. El cristiano que sencillamente obedece este mandato del Señor y se bautiza “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”, no tiene nada qué temer. Está utilizando la frase que Jesucristo pronunció para el bautismo cristiano.
Es bíblico que todo creyente sea bautizado correctamente con el bautismo cristiano solo una vez.
En algunos casos, esto significa un segundo bautismo. En las Sagradas Escrituras también
encontramos este caso. Los discípulos de Juan el Bautista reconocieron que su conocimiento de
Dios era incompleto, pues aún no habían oído hablar del Espíritu Santo. Reconocieron que no
habían recibido el bautismo cristiano y fueron bautizados nuevamente (Hechos19:3). El bautismo
cristiano es el que se realiza después de creer y recibir al Señor. ¿Te bautizaron cuando eras un
bebé, o antes de tu entrega a Cristo? Ahora tienes la oportunidad de pedir el bautismo cristiano.
También debemos notar que un bautismo realizado desconociendo al Padre, o al Hijo, o al Espíritu
Santo niega Mateo28:19 y por tanto no es reconocido como un bautismo cristiano. Existen
personas que bautizan en el nombre del Señor Jesús, negando al Padre y al Espíritu Santo. Otros
bautizan sobre la base de que sólo el Padre es Dios. En todos estos casos es necesario que el
creyente reconozca este serio error y se bautice de nuevo con el bautismo cristiano.
Una pregunta personal: ¿Ya has recibido el bautismo cristiano? ¿Qué pasos puedes tomar para obedecer al Señor en este asunto?
If you would like to download this file, then you will have to unlock it by clicking one of the options below.
Share a message on Facebook to download this file!
Like this page on Facebook to download this file!
Follow us on twitter to download this file!
Tweet on twitter!
+1 us on Google Plus
Enter your email to download this file!
Purchase with paypal for
$
The download link will be e-mailed to your paypal e-mail.